martes, 26 de abril de 2011

El burgués está triste

Los hay que se dejan vivir, día tras día,
Como se deja morir el que pierde
Su capital en inversiones avaladas
Por el Banco Mundial, Benedicto XVI
Y hasta John Maynard Keynes.

Los hay que disfrazan de misantropía
El asco que sienten al verse al espejo,
Pues hiere más hondo una radiografía
Desnuda de excusas y condicionantes
Que el odio al reflejo en la masa sin forma.

¡Ay!, el pobre burgués de la boca de rosa
Preso en sus oros, preso en sus tules,
No tiene el valor de apretar el gatillo
Y abonar tras un mutis honesto y discreto
La tierra sembrada de huesos y aullidos.