(De la serie 'D-cine', en http://www.fotolog.com/andresrivas) Videodrome (David Cronenberg, 1983) es, probablemente, una de las más profundas reflexiones cinematográficas acerca de los peligros de la búsqueda constante del ser humano de estímulos sensoriales cada vez más intensos. Adquiere, pues, un papel central el fenómeno de la tolerancia (necesidad de incrementar la dosis de un fármaco o droga para lograr los mismos efectos que inicialmente se conseguían con cantidades menores). Max Renn (James Woods) es el director de programación de una pequeña cadena de televisión que, para sobrevivir en un mercado que tiende a la saturación, ofrece a su audiencia "lo que no pueden conseguir en ninguna otra parte", es decir, estímulos cada vez más fuertes, esencialmente de carácter violento, sexual o ambos. Su vida da un vuelco cuando descubre Videodrome, una misteriosa emisión con capacidad psicoativa: altera la percepción sensorial y la conciencia. Desde el momento en que se expone a los efectos de Videodrome, comienza para Max una carrera contra reloj frente a un proceso irreversible de corrupción, lo que en el lenguaje de Cronenberg queda libre de prejuicios morales para convertirse, prácticamente, en sinónimo de evolución. Para el director canadiense, además, esta corrupción actúa a un doble nivel: "primero controla tu mente, luego destruye tu cuerpo". El progreso científico y sus enormes posibilidades para transformar rápidamente no sólo el entorno sino al ser humano mismo es el eje vertebrador de la filmografía de David Cronenberg, de la cual Videodrome es, a un tiempo, síntesis y punto de partida hacia un nuevo enfoque de la realidad.
sábado, 13 de septiembre de 2008
Primero controla tu mente...
lunes, 2 de junio de 2008
Quiero tener un hijo
He visto varias veces el último spot de Endesa y, aunque me ha costado trabajo, creo que por fin voy pillando –como diría Manquiña en Airbag- el CONCEPTO. Eso sí, tanto a los que han pagado como a los que han cobrado por desarrollar la idea les recomendaría que, dado que no han tenido empacho en insultar a nuestra inteligencia, en próximos capítulos tengan a bien eliminar todo atisbo de ambigüedad en el mensaje. Ésta es mi propuesta:
“La contaminación y el abuso de los recursos naturales están mal. ¿Quién va a saber más de eso que nosotros, que llevamos años enriqueciéndonos con este negocio?”. Así quedaría todo mucho más claro, amén de resultar infinitamente más honesto. Y además podríamos extender su uso a todas las multinacionales de la energía, sería como uno de esos mensajes obligatorios en los paquetes de cigarrillos, del tipo “fumar mata”; “el tabaco produce impotencia” o “lleva un montón de mierda, pero si le llamamos por el nombre científico da menos asco que enseñar pulmones de fumadores”.
Yo también quiero tener un hijo algún día, a pesar de legarle un mundo que probablemente no he podido contribuir a mejorar ni un ápice. No creo que todo tiempo pasado haya sido mejor (“Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros”. Cicerón, 106 a.C. - 43 a.C.) y sé también que hay muchas posibilidades de que mi vástago sea un perfecto cabronazo (como su padre). Pero espero que al menos tenga la decencia de no ocultar(se)lo y que si alguna vez presume de aquello de lo que debería avergonzarse no se sorprenda si alguien le parte la cara o se caga en su puta madre.