jueves, 26 de febrero de 2009

Una mujer de su tiempo


En las biografías de las celebridades podemos encontrar referencias a la relación que éstas mantuvieron con la época que les tocó vivir. Simplificando, existen dos tendencias opuestas: Se dice “era un hombre de su tiempo” o bien “era un adelantado a su tiempo”. En el segundo caso, el elogio nace de un cierto halo místico que envuelve a los precursores, aquellos que van más allá de lo que en cada momento se considera moderno (hoy diríamos actual). Son, generalmente, personalidades excéntricas, inadaptadas. Los parias de hoy son los mitos de mañana.
Más interesante es el primer caso. ¿Qué tiene de admirable que un personaje sea “un hombre de su tiempo”? Nada, ciertamente. Así, podemos deducir fácilmente que el elogio no está en la persona, sino en la época (su tiempo). Lo curioso es que, si hacemos un pequeño repaso mental, seguramente nos costará encontrar este tipo de referencias atribuidas a hombres. Es la (vergonzosa) ventaja de haber estado siempre en la cima de la pirámide.
¿Qué nos querría decir el biógrafo que, pongamos por caso, asegurase que Letizia Ortiz es una “mujer de su tiempo”? Estaría dando a entender que, pese a formar parte de una institución como la monarquía, que considera rancia (y aun admitiendo que lo fuese, desde luego no dejaría de ser, en sentido estricto, tan de nuestro tiempo como un ipod), posee todas las cualidades que -se supone- caracterizan a las mujeres nacidas en el último tercio del siglo XX: amplia formación académica, independencia, equilibrio emocional...
Lo que la masa desea escuchar es que vivimos en el mejor de los mundos posibles (lo cual no supone novedad alguna desde que el hombre es hombre). Las mujeres “adelantadas a su tiempo” seguirán siendo parias hasta que el paso de los años nos permita (les permita, en realidad) verlas con perspectiva histórica. La misma que llevará a abominar de la “mujer de su tiempo” a los mismos que ahora lo ven como un valor indudablemente positivo.

5 comentarios:

Jaomonty dijo...

Mujer equilibrada emocionalmente...
Creo que no conozco el caso.
Quizás algún antropólogo me pueda informar.

U.B dijo...

Mejor hablamos de seres humanos en lugar de mujeres, ¿no?

A mí aquello supuestamente definitorio de "de su tiempo" siempre me ha parecido una cosa que ni blanco ni negro, ni zurdo ni diestro: un término neutro, ambiguo y políticamente correcto. Si dices que la princesita es muy moderna, todos pensarán que es una golfa, si por el contrario afirmas que es chapada a la antigua, que podría rivalizar con Isabel I. Es un término tan vacuo que puede interpretarse estúpida pero no maliciosamente.

George, a ver si te visitas mi blog, hombre ya.

Anónimo dijo...

A mí me parece que esa expresión es como la q se utiliza cuando hablas de un deportista que es un "ganador". Joder, teóricamente todos querrán ganar, no?

Por cierto, el comentario del tal Jorge, es cosa mía o tiene un cierto tufillo a misógino que espanta?

Andrés Rivas Santos dijo...

Jorge: dicho así parece que les afeas sus ciclos hormonales, hombre. A que tú me quieres igual aunque tenga aparato digestivo y glándulas sudoríparas. Pues eso.
Marta: has dado en el clavo. Y sí, tampoco creo yo que haya tantos hombres emocionalmente equilibrados. De hecho, estaba siendo absolutamente irónico.
Anónimo: es cierto, a mí, si no me dan más datos, también me daría la misma impresión, pero
a. me da que es más misantropía en general que misoginia en particular (buen apunte de Marta, por cierto).
b. es lo que tiene el sentido del humor ácido, que no siempre se interpreta bien.
Ah, y lo del deportista ganador me lo apunto para la próxima vez que me siente al teclado con ganas de destrozar tópicos, sí señor. Otro día hablamos de la jerga deportiva, que tiene mucho jugo.

Anónimo dijo...

Buen post, Andres. Marta, el tiempo es lo que exactamente lo que cuentas. Prometo pasarme más a menudo por tu blog. Aperta meu!