martes, 11 de marzo de 2008

Un adecuado representante para Eurovisión

¿Qué tienen en común La hora chanante y Rodolfo Chiquilicuatre? Sí, los dos provocan la risa, es cierto, pero también Esperanza Aguirre, así que seamos más precisos. Los dos primeros van del humor al humor por el humor, mientras que Espe lo hace con más rodeos, es decir, tomándose a sí misma en serio. A lo contrario se le llama parodia, un subgénero que conjuga los gags más elementales (y por ello los más inevitablemente desternillantes) con enormes dosis de ironía y sarcasmo. A esa ‘intención oculta’, no exenta por supuesto de malicia, le llamamos retranca (sobre todo en Galicia).

Aunque la manejemos con cotidianidad y suficiencia, la retranca no es patrimonio exclusivo de los que vivimos al oeste del Padornelo, pero conviene matizar que lejos de nuestras tierras suele manifestarse no tanto como fin en sí mismo, sino como complemento del humor paródico. La caprichosa Noria de la moda ha vuelto a elevar al cielo esta manera de pensar el mundo, aunque en la tradición artística española existen numerosos ejemplos difícilmente igualables. Cervantes, Muñoz Seca (literatura), Goya, Dalí (pintura), Buñuel o Alex de la Iglesia (cine) -por citar algunos ejemplos ilustres- han sido grandes cultivadores de la parodia en sus respectivas disciplinas.

Además de apoyar la tesis de que poner cualquier decisión en manos del voto popular es como subirse al trapecio sin red, el hecho de que el personaje Rodolfo Chiquilicuatre nos vaya a representar en Eurovision pone de manifiesto que en España sabemos reírnos de nosotros mismos. Así es que en este caso no puedo estar más satisfecho con el curso de los acontecimientos, porque la diferencia entre la levedad de un concurso musical hortera y pasado de moda y la importancia de unas elecciones generales es demasiado evidente como para desgastar en vano las letras del teclado.

El análisis de las últimas generales se lo dejaré a los politólogos y a los dirigentes políticos (que desgraciadamente pocas veces coinciden). El único debate que me interesa al respecto concierne a la representatividad del voto y a porqué después de tres décadas de democracia no nos planteamos si el modelo de representación territorial no está ya obsoleto y es momento de acercarnos al de ‘una persona, un voto’. Si nos dijeran que los emitidos por los licenciados valen más que los de los titulados en FP o que los de parados y pensionistas tienen menos peso que los de los ocupados muchos se echarían las manos a la cabeza, pero nos dicen que el voto de un pontevedrés cuenta menos que el de un alavés y nos quedamos tan tranquilos.

La parodia
En cuanto al ‘chiki chiki’, estoy encantado, me parece una canción verdaderamente representativa de la música latina en su acepción más deplorable. La diferencia con cualquier estrella del reggaetón es el carácter paródico de Rodolfo Chiquilicuatre y es precisamente el hecho de que –como Esperanza Aguirre con su labor política- los primeros sí se tomen en serio su música lo que les confiere una dimensión verdaderamente patética.

Lo que quiero decir es que debemos apreciarlo como una gran noticia para la música. Rodolfo nunca robará público a Serrat, Fito, Calamaro o Marlango, pero sí tiene la oportunidad de desplazar a los Don Omar o Daddy Yankee de turno e incluso sumar adeptos entre quienes aborrecemos el género. Es el mismo motivo por el que abomino de ‘El motorista fantasma’ o ‘Con Air’ (Nicholas Cage agrandando su ‘leyenda’), mientras disfrutaré siempre como un niño con ‘Evil Dead’ –Posesión infernal- y cualquiera de sus fantásticas secuelas, siempre con el genial Bruce Campbell como delirante, histriónico y carismático pseudohéroe.

Universo chanante
El otro motivo de satisfacción para los amantes del humor surrealista, absurdo y a menudo políticamente incorrecto es la expansión del fenómeno de ‘La hora chanante’. Los Joaquín Reyes, Julián López, Ernesto Sevilla y compañía han trascendido el ámbito minoritario de Canal Nou y Paramount Comedy para hacerse definitivamente con el gran público. No se trata sólo del éxito de la emisión en La 2 de ‘Muchachada Nui’, sino de cómo un concepto rejuvenecido de humor impregna asimismo espacios como ‘Noche Hache’ en Cuatro o ‘Sé lo que hicisteis’ en La Sexta, en ambos casos con una buena acogida por parte de la audiencia.

La constatación de que se puede obtener rentabilidad con productos originales y de calidad debería abrir el camino para dejar atrás los viejos formatos, anclados en el recuerdo de ‘Esta noche cruzamos en Mississippi’ o ‘Crónicas Marcianas’ y, sobre todo, una válvula de escape a tanta ‘Salsa Rosa’, ‘Dolce Vita’ o ‘Corazón, Corazón’. A ver si así nos dedicamos más a afrontar la vida con humor y menos a tocar los cojones.

1 comentario:

UB dijo...

Yo escuché a todos los finalistas de Europerdición y concluí que:

* Uno tenía buen gusto, y seas o no fan del tontipop se nota que es un trabajo bien elaborado (La casa azul).

* El resto eran cantantes infames e impersonales que encubren su horterez con gorgoritos absurdos cuando no vienen a cuento. Deben de ser los reyezuelos del extrarradio y ligar un montón en los karaokes con la camisa medio desabrochada, pero fuera de eso...

* Y por último Rodolfo Chiquilicuatre. Es el único elemento no pretencioso.

Conclusión: Ya que no ha ganado La casa azul, prefiero a Rodolfo.

De Espe podría decir tantas cosas que se merece comentario aparte.

www.unabohemia.blogspot.es