domingo, 6 de julio de 2008

Neoliberales con piel de socialdemócratas


Viendo en el informativo del Canal 24 horas de TVE a los participantes del último Congreso del Partido Socialista Obrero Español cantando a pleno pulmón La Internacional se me erizaron, uno a uno, todos los folículos pilosos. O más bien se me irritaron. En ocasiones como ésta fantaseo con una versión ibérica de La noche de los muertos vivientes, con Pablo Iglesias preparándose con la sesera de la vicepresidente de la Vega un rico bloody mary (nótese el astuto juego de palabras). Podría despacharme a gusto con cualquier otro miembro del Gobierno (lo de 'miembra' lo dejamos para otro día, que ya me noto la bilis en la úvula), pero esta vez le ha tocado a ella, en parte para no renunciar al chascarrilo coctelero, en parte porque ser portavoz (¿o era portavoza?) te sitúa automáticamente en el centro de la diana de las críticas. Sobre todo cuando no tienes ni puta idea de lo que explicas o simplemente mientes por todo el morro a los ciudadanos confiando en su estupidez.

Recopilando información acerca de la celebérrima medida de los 400 euros, encontré en la altamente recomendable web 'www.rebelion.org' un artículo de Carlos Martínez (heterónimo), que no he podido resistirme a reproducir aquí. Para los que no estén del todo familiarizados con conceptos como los de 'progresividad fiscal' o 'socialdemocracia', es un buen momento para coger papel y boli, guardar la chuleta en un lugar bien visible y repasarla antes de votar alegremente en las próximas elecciones a un partido que saca pecho presumiendo de socialista.

"El pasado día 27 de enero el presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, prometió disminuir las retenciones del Impuesto Sobre la Renta de Personas Físicas en una cuantía de 400 euros anuales a los asalariados y pensionistas. La medida empezaría aplicarse en junio, con carácter retroactivo desde enero. Al día siguiente, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, aclaró dicha medida electoralista. En un desayuno informativo organizado por Europa Press declaró que la propuesta "no puede ser más progresiva": Ha añadido que “las personas que contribuyan al IRPF con 400 euros o menos no tendrán que pagar nada y la medida tendrá un efecto del cien por cien; mientras que las que contribuyan con 4.000 euros se beneficiarán en el 10 por cien”. "Parece razonable que todas las personas que han contribuido al ahorro participen proporcionalmente, en función de lo que aportan", ha señalado.

Habría que aclararle a la Sra. Fernández de la Vega qué se entiende por progresividad fiscal, uno de los principios defendidos tradicionalmente por la social-democracia. Un sistema impositivo es progresivo cuando los que más ganan pagan más impuestos y los más necesitados reciben más ayudas públicas. No es progresiva, por ejemplo, la medida anunciada con anterioridad de ayudar a cada familia que tenga o adopte un hijo con 2.500 euros sin tener en cuenta las rentas de quien las recibe. Sería progresiva si se pagara más a las familias más humildes y no haría falta pagar nada a la familia de Emilio Botín.

Pero esta medida de “cuatrocientos euros para todos” encierra más trampas. Se trata de una disminución de la retención del IRPF. Los asalariados y pensionistas más humildes y más necesitados no recibirán nada, pues según el Instituto Nacional de Estadística el número de asalariados es de mas de 20 millones de personas, pero sólo presentan declaración de IRPF unos 13 millones según la vicepresidenta, de lo que podemos obtener la conclusión que hay 7 millones de trabajadores y pensionistas que ni siquiera hacen la declaración de renta. Entonces, estas personas que son las más necesitadas de ayudas públicas, ¿en que se benefician de esta medida supuestamente "progresiva"?.

De los que sí declaran, los asalariados y pensionistas que no llegan a pagar 400 euros anuales en concepto de IRPF recibirán como máximo una cantidad igual a la que les hayan retenido. Sin embargo, todos los que pagan más de cuatrocientos sí que recibirán este dinero en su totalidad. Vamos, que el gobierno Zapatero regalará 400 euros a los más ricos y nada o muy poco a los más pobres. Exactamente todo lo contrario a una medida “progresiva”. Es difícil imaginar cómo un jubilado de pobres recursos y votante del PSOE no vaya a beneficiarse de esta medida mientras que un profesional de alto poder adquisitivo y votante del PP será quien más se alegre.

Si la intención del gobierno del estado era evitar la crisis económica en ciernes mediante medidas fiscales para fomentar el consumo (medida por cierto copiada del gobierno de Bush), la solución, también, no era otra que optar por la redistribución. Por ejemplo, en lugar de regalar el gobierno 5.000 millones a sus mejores contribuyentes, los podría haber entregado a los más necesitados pues sólo esta población asegura que el 100% de ese dinero se destinará al consumo y no al ahorro como harán las clases más pudientes. No estamos descubriendo nada nuevo, simplemente se trata de aplicar las conocidas doctrinas de John Maynard Keynes. Como ya decía Stiglitz, citado por Alberto Montero en estas mismas páginas, una bajada de impuestos en España sería “una equivocación”, argumentando que “los problemas de Estados Unidos empezaron con las reducciones fiscales”.

El abandono del PSOE de las políticas socialdemócratas (si alguna vez las tuvo) y la carrera hacia el neoliberalismo cada vez es más patente, sólo se entiende porqué gran parte de la clase trabajadora sigue dando su apoyo a este partido por el pavor que le produce el Partido Popular, una formación cercana a la ultra derecha. Y a su izquierda no hay nada más que una pequeña organización (IU) que ha sido impotente para enfrentarse a estas políticas neo-liberales."


Leer el artículo en su contexto original.

2 comentarios:

U.B dijo...

Ayer me acordé de usted cuando escuché que a la ministra (Magdalena Álvarez) le preguntaron que qué haría si Espe y Gallar deciden hacer un agujero en mitad del monte de El Pardo, ella contestó que llorar mucho (¿?).

Andrés Rivas Santos dijo...

Ni siquiera sé si poner el grito en el cielo o echarme a llorar yo también...