jueves, 29 de enero de 2009

ANV


“Nada tan estúpido como vencer. El verdadero triunfo está en convencer”. Víctor Hugo.

Leo en la edición digital de El País que el Constitucional acaba de ratificar la ilegalización de la formación nacionalista ANV, confirmando así el fallo del Supremo que consideraba probada “la existencia de relaciones de colaboración de distinta naturaleza (..) con la organización terrorista ETA y el partido ilegalizado Batasuna”. Según esta información, “la sentencia de hoy dicta que la decisión del Supremo se ajusta a la doctrina constitucional, al hacer una correcta aplicación de una norma que, entre otras cosas, obliga a las formaciones políticas a condenar la violencia”.

Comparto la sentencia de Kapuscinsky que afirma que “la ideología del siglo XXI debe ser el humanismo global, pero tiene dos peligrosos enemigos: el nacionalismo y el fundamentalismo religioso”. Lo que no comparto es la táctica de combate que se viene empleando en España contra todo lo que rodea a ETA. Ni siquiera es que la supuesta ‘lucha’ de esta organización me merezca algún respeto. Por supuesto, sus métodos de presión me parecen repugnantes. Pero nada de eso es el núcleo del debate.

Lo que se pone en cuestión es si el mero hecho de no condenar la violencia es motivo suficiente para la ilegalización de una formación política. Partimos de la base (errónea) de que, en democracia, no hay razón para defender la agresión física. Sin embargo, aceptamos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad dispongan, al amparo de la ley, de este recurso en régimen de monopolio. Olvidamos que el antidisturbios, el sargento, el ministro y el presidente son simplemente personas y, por lo tanto, pueden tomar decisiones equivocadas. Y no es pura especulación. Sucede con demasiada frecuencia y, normalmente, hace prevalecer la seguridad en detrimento de la libertad.

La legitimación de la violencia
Esta concesión se sustenta en la idea de que el Estado establece unas pautas de convivencia y se dota a sí mismo de los instrumentos necesarios para combatir todo agente que las vulnere. Políticamente, esto es comprensible, pero ¿por qué no lo es que los ciudadanos empleen la violencia cuando sea el Estado el que vulnere unos derechos que, por fuerza, han de ir cambiando a lo largo del tiempo? La Constitución no puede quedarse estancada. Para eso ya están la Biblia, el Corán, el Talmud… Y la idea maquiavélica de que la única manera de derrocar al tirano es el tiranicidio aún no ha sido convincentemente rebatida.

Aquellos que se autoproclaman demócratas deberían luchar por que todos los temas puedan ser objeto de debate público, incluso algunos que, en virtud de una dudosa (en sus términos) Declaración de los Derechos Humanos, han quedado encerrados en una caja negra bajo la llave de una moral que se presenta más como un dogma de fe que como un bien provisional (si Descartes levantara la cabeza…). Si se legaliza ANV es, sencillamente, porque se teme su éxito en las urnas. Qué lleva a la gente a posicionarse del lado de los violentos es el auténtico debate, pero entre el ruido de los insultos nadie (ni independentistas ni centralistas) está dispuesto a escuchar razones y asumir que, sin consenso, ninguna paz es duradera.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú debes ser de aquellos que se creen todavía lo del estado represor y fascista. Veo que la propaganda les funciona a toda máquina, eso está claro.

Me habría gustado invitarte a que te vinieras a Madrid en la época álgida de ETA, en la que no podías salir a la calle sin temor a que te explotase una bomba que te enviase al hoyo o te dejase mutilado. A lo mejor verías la cosa de otra manera.

Y mientras esos hijos de p.u.t.a. por los que según tú hay que luchar para que se sienten en un escaño y cobren un sueldazo y dietas del estado, de ese dinero que aportamos todos y cada uno, mientras tanto ellos muriéndose, pero de gusto y de risa, y bien que lo han dejado ver.

Ya que vas de periodista, a lo mejor podías haber añadido entre tanta pedantería de diario gratuito que te regalan al comprar el pan, que no les han detenido por no condenar la violencia, les han disuelto por colaboración con banda armada y por apología del terrorismo, ambos delitos contemplados en el código penal. Ya que te veo tan documentado, ¿cómo se te ha podido escapar eso? No me lo explico eh.

Bueno en fín, que si te gusta pagar impuestos para que una parte vaya íntegra a las Nekanes, esa colección de hermosuras por dentro y por fuera, allá tú. Si de gustos...

Andrés Rivas Santos dijo...

Siento haberte molestado, Hattori, pero el fondo de la cuestión es otro. Vayamos por partes:
1. Si yo soy vasco, checheno o montenegrino (por cierto, soy gallego y, para quien se haya saltado el segundo párrafo del post, creo en el humanismo global y considero ridículo el nacionalismo, pero no el derecho a defenderlo) mis razones para querer reclamar la autodeterminación pueden resultar más o menos justificadas, pero lo que nadie puede negarme es mi derecho a expresar ese deseo.
2. Si ese deseo no sólo lo expreso yo sino miles de personas, hay que empezar a pensar que sí puede existir un sentimiento de identidad nacional. Para eso sirve un referéndum, para medir hasta qué punto el ansia independentista refleja el sentimiento de la mayoría.
3. Si se me niega la posibilidad del referéndum argumentando que se opone a la Constitución, tengo derecho a oponer que dicha carta puede y debe ser enmendada con el paso del tiempo.
4. La suma del resto de españoles es mayor que la de vascos (y la de los demás rusos mayor que la de chechenos, etc.), luego si el gobierno no está dispuesto a concederme la consulta (un referéndum es sólo eso) la única vía que me queda es la violencia como método de presión.
5. Si me cogen poniendo una bomba es justo que vaya a la cárcel. En cambio, si alguien lee el texto que acabo de escribir y me condena por apología del terrorismo, a eso se le llama represión. Es mi opinión, claro, pero quizá es que mi fe en la libertad de expresión sólo es comparable a mi ingenuidad.
6. Como punto y aparte, me gustaría recordar que el motivo por el que se ilegaliza ANV es porque se considera probado que es una continuación de los partidos anteriormente ilegalizados Herri Batasuna, Euskal Herritarrok y Batasuna. Por esa regla de tres, podríamos haber purgado a Manuel Fraga como continuador del régimen franquista y juzgarlo (al menos) por crímenes contra la humanidad. Si es que las leyes son tan flexibles...

U.B dijo...

Desde luego como polemista no tienes precio. Eres un destroyer de la opinión políticamente correcta.

Y sin embargo (con matices), pienso como Hattori, sólo que con un poco más de educación.

Anónimo dijo...

Vamos, que según tú, la sentencia se basa en no condenar públicamente los atentados de ETA.

Joder, a ver si le das un uso mejor a la wikipedia, hermoso.

Andrés Rivas Santos dijo...

Damisela, en cualquier otro caso podrías estar en lo cierto, pero da la casualidad de que la fuente que consulté fue ésta:
http://www.tribunalconstitucional.es/jurisprudencia/Stc2007/2007_4215.html
Si quieres seguir pensando que lo leí en la Wikipedia, allá tú, pero que no se diga que no dejo clara la diferencia entre hechos y opiniones.