lunes, 9 de febrero de 2009

A menos diferencias, menos abusos - por Jorge Abel


Javier Gómez-Navarro -el que fuera ministro de comercio del ex presidente Felipe González- expuso una idea interesante en los desayunos de La Primera al respecto de la crisis. El plan de Gómez-Navarro consistiría en reducir la contribución a la Seguridad Social por parte de los empresarios españoles (lo que se paga por cada trabajador, que luego sirve para recibir el paro y para que te atiendan en los hospitales) y luego, para refinanciar al estado, habría que subir en I.V.A. (un porcentaje que se lleva el estado por cada cosa que compramos).

¡Pues vaya idea más original! Puede decir cualquiera. Y tendría razón. Eso se ha repetido mucho y por muchos antes de hoy. Tengo que rectificar, por lo tanto, y aclarar que lo original no ha sido la idea, sino la justificación:

Los productos que fabricamos hoy en día en España están encarecidos por ese impuesto, mientras que los productos que están a la venta, si vienen de otros países, no lo están. Es posible que el gobierno de otro sitio no cobre impuestos de esa manera y que ello los haga muy interesantes para la exportación (a mí por China no me viene nada en el diccionario). Unos productos, por lo tanto, tienen menos capacidad para competir en el mercado que otros siendo originariamente realizados al mismo coste (la definición de competitividad debería ir por ahí).

Gómez-Navarro es Presidente del Consejo Superior de Cámaras de Oficiales de Comercio, Industria y Navegación de España (vaya nombrecito, por Dios). Con ese cargo no parece que esté precisamente del lado del trabajador, pero la idea que puede estar planteando sí que podría ayudar a muchos a conservar su empleo, y a otros a conseguir uno nuevo.

Los empresarios serios de verdad, los de la C.E.O.E. (la Confederación Española de Organizaciones Empresariales) lo que quieren es cambiar la legislación y abaratar el despido. Buen truco el de aprovecharse de los momentos en los que estamos. La oferta de mano de obra es mayor que la demanda y la gente se dejaría dar por el ojete en público si luego le garantizan un mileurismo (y es que el hambre de tus hijos siempre es peor). El problema de esa medida, en general, es que antes te dejabas las pestañas currando para que te hicieran fijo, y cuando llegaban las vacas flacas, el jefe sólo podía pulir a los que estaban empezando. Ahora, con este cambio, lo que puede pasar es que empiecen a largar a esa peña que tiene cuarenta años y dos hijos y que nunca más va a pillar un trabajo en condiciones… Pensemos un momento en qué tipo de sociedad queremos vivir.

Decía además Cándido Méndez (el bajito del dúo cómico de sindicalistas, el de UGT), que los empresarios quieren que las decisiones de despidos queden fuera del arbitraje de los tribunales. Vamos, el 'far west'. Sin el estado y sin la justicia el empresario vuelve a ser el nuevo señor feudal que dispone de las vidas de sus trabajadores. Ya me lo imagino yo: "Para conservar tu puesto de trabajo, Antoñito, ¿por qué no me mandas a tu mujer a casa este fin de semana, que mi Mari se ha marchado con los niños?"

En resumen, pese a que siempre he defendido –y defiendo- la contribución mediante impuestos directos y con tramos progresivos, puede que en el caso de la Seguridad Social haya que plantearse un nuevo método de impuestos indirectos. Eso sí, el I.V.A. que sirviese para equilibrar el presupuesto hay que meterlo directamente en los objetos que graven el lujo porque de lo contrario las diferencias entre ricos y pobres en España se volverán más insalvables de lo que ya lo son en la actualidad. Yo, desde el máximo de los respetos a las que lo son, no quiero vivir en España a lo república bananera, con oligarquías, dictadores y todas esas cosas. Como es lógico, a menos diferencias, menos abusos.

*Imagen: 'Le droit du Seigneur' (El derecho del Señor), de Wassilij Polenow

2 comentarios:

U.B dijo...

Podría decir muchas cosas sobre este tema tan delicado. Sin embargo, el sabio refranero español, como siempre, nos da una clave inequívoca: Lomo de gato no quiere zapato.

PD: ¿Pone ojete?

Jaomonty dijo...

jajaja.
Cierto, el refranero español es muuuuyyyy sabio, y si no lo es, pues se le da una ayudita